Soldados y perros buscaron y rebuscaron en las aeronaves, pero nada encontraron. Sólo se detectó en una maleta una “extraña” mezcla de azúcar y sal, por la insistencia de uno de los perros del CESA. El dueño de la mezcla, el español Fernando Garzón, fue detenido para fines de investigación. Al lugar se apersonó el secretario de las Fuerzas Armadas, teniente general Pedro Rafael Peña Antonio.
El rumor de que una bomba había sido colocada en un avión obligó ayer tarde la evacuación de todo el personal y la suspensión vuelos salientes de esta terminal durante cinco horas.
Todo el personal de las áreas administrativas, empleados de negocios y parientes de pasajeros fueron evacuados, mientras técnicos en explosivos, auxiliados por perros, requisaban las instalaciones del aeropuerto y los aviones, tras recibirse una llamada telefónica advirtiendo que una bomba había sido colocada en una de las naves.
Unos diez vuelos salientes fueron suspendidos temporalmente, mientras se retrasaba la llegada de varios vuelos entrantes procedentes de Europa.
Entre los vuelos suspendidos estuvieron el 5087 de American Eagle, con destino a San Juan, Puerto Rico, el 307 de COPA, con destino a Panamá, y el 873 de Aerocaribean, con destino a Santiago de Cuba.
Desde las 4:00 de la tarde, cuando se dio la voz de alerta, fuertes medidas de seguridad fueron adoptadas en toda la terminal. No se permitía la entrada de ninguna persona. La interrupción de labores en la terminal se prolongó cinco horas y media.
Anoche, el secretario de las Fuerzas Armadas, teniente general Pedro Rafael Peña Antonio, se puso al frente de las investigaciones, tras reunirse con el personal de seguridad de la terminal.
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