El supuesto resfrío por el que Amy Winehouse tuvo que ser hospitalizada hace unos días era en realidad una reacción a sus recién estrenados implantes de lolas.
La reina del soul acudió a una clínica tras ver cómo salía un líquido "horrible" de uno de sus pechos.
Al parecer, Amy habría ingerido una serie de medicamentos que le ocasionaron una reacción adversa, por lo que el médico que la visitó en casa recomendó su ingreso en un hospital.
Sin embargo el padre de la cantante, Mitch, reveló que el ingreso se produjo por un problema en uno de sus pechos. "No se trataba de un resfrío. Ella está bien, sólo tenía un pequeño agujero o algo parecido en uno de los implantes que Amy se colocó el pasado mes de octubre".
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