La firma Kingston está decidida a poner los dientes largos a los adictos a los gadgets y, de paso, revolucionar el mercado de las memorias portátiles. A mediados del pasado mes de junio presentaba su USB DataTraveler 200, un ingenio de 128 gigas de capacidad que, pese a su precio –ronda los 450 euros-, hacía parpadear de estupor a más de un geek. Y es que, en esencia, equivale a poder llevar en el bolsillo la misma información que podríamos introducir en unos 27 DVD típicos de una capa. Pues bien, ahora, con su DataTraveler 300 duplica esa facultad. El dispositivo mide poco más de 70 mm de largo, pero almacena hasta 256 GB –suficiente para hacer un álbum fotográfico de 51.000 imágenes a alta resolución- y tiene un ratio de transferencia de datos de 20 MB/s en modo de lectura y 10 MB/s en el de escritura.
Los desarrolladores alaban sus bondades como unidad de memoria adicional para los usuarios de netbooks y destacan su garantía de cinco años y la posibilidad de salvaguardar los datos mediante el software Password Traveler, que permite proteger los documentos en una zona privada. Eso sí, el precio supera ligeramente los 650 euros.
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