Al darse cuenta de la alarma que había causado con su llamada, efectuada el pasado lunes al citado aeropuerto, el autor de la amenaza, Cristino Espinal, de 47 años, decidió deshacerse del teléfono móvil utilizado, informó hoy la Jefatura.
Fue a la casa de su madrastra, en Pantoja (norte de la provincia de Santo Domingo) y arrojó el aparato a una letrina de la que fue extraído por los investigadores, quienes arrestaron a Espinal ayer en su casa del barrio de El Palmar de Herrera, en Santo Domingo Oeste.
La amenaza telefónica obligó a desalojar a cerca de 800 personas que estaban en seis aviones en espera de despegue y provocó retrasos, en algunos casos superiores a las dos horas, en la salida de una decena de vuelos a diferentes destinos.
Los aviones retrasados tenían como destino Miami y New Jersey, en Estados Unidos; Puerto Rico, Santiago de Cuba, Panamá y Madrid (España).
El día del suceso, como resultado del operativo policial desplegado tras la falsa amenaza, fue detenido en el aeropuerto el español Fernando Garzón al ser hallada en su equipaje una sustancia, compuesta por "sal y azúcar", que resultó inofensiva, según dijeron fuentes de inteligencia militar.
Después se comprobó que Garzón, quien se disponía a tomar un vuelo de Iberia con destino a Madrid, no tenía relación alguna con la llamada anónima, por lo que quedó en libertad.
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