
El Boeing 737, procedente de la ciudad escocesea de Glasgow, llevaba a bordo a 74 pasajeros y seis tripulantes.
Aterrizó "a gran velocidad" y se percibieron "fuertes vibraciones en las alas", narraron algunos pasajeros. La aeronave pudo parar finalmente a algo menos de 100 metros del mar, según fuentes de la autoridad aeroportuaria AENA.
No obstante, la compañía negó que el avión se hubiese salido de la pista, ya que seguía estando sobre asfalto. Las primeras fotografías del lugar de los hechos muestran al avión atravesado en la pista, muy cerca de la valla que rodea el aeropuerto y a unos 100 metros del mar.
Según un portavoz de Air Europa, hubo una "aproximación desestabilizada" en el momento del aterrizaje, lo que podría haberse debido a las circunstancias atmosféricas. La Comisión de Investigación de Accidentes que depende del Ministerio de Fomento investigará lo sucedido.
Tras el incidente, el aeropuerto de Lanzarote quedó cerrado temporalmente y los vuelos que tenían previsto aterrizar en la isla procedentes de otros aeropuertos canarios fueron cancelados.
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